Los catálogos ofrecen una presentación de los diferentes artículos o servicios que tiene una empresa o institución. Éstos muestran muchos beneficios porque se convierten en exitosos medios publicitarios y de promoción.
Con el avance de las nuevas tecnologías, los catálogos pasaron a diseñarse y publicarse en Internet, a través de la Web o distribuidos por algún medio electrónico, como por ejemplo el e-mail.
Las ventajas más importantes de los catálogos online son:
Una captación más eficaz de los consumidores: la probabilidad de que el negocio sea localizado por clientes potenciales, crece cuando el catálogo es divulgado por Internet, ya que tiene más posibilidades de ser visto.
La información está más estructurada: los catálogos online organizan y ordenan los datos de una manera más práctica, porque la navegación va guiando al visitante en la búsqueda de muchas maneras.
El espacio es mayor: el formato digital posibilita un espacio mayor y ampliable para la información, en contraposición con el formato impreso. Así, se pueden incluir características de los productos, descripciones, consejos…
Abaratamiento: desaparecen los gastos de papel, impresión y distribución. Asimismo, se reduce el coste en el diseño, la composición, la producción y el envío. También, existe más facilidad a la hora de hacerle cambios, ya que no hay que volverlos a imprimir para ver las transformaciones.
Disminución del tiempo: el envío por e-mail u otro medio electrónico hace que el reparto del catálogo se haga momentáneamente. También, al estar publicado en Internet, los usuarios podrán visitarlo en todo momento.
Más interactividad: el catálogo digital ofrece a los clientes un camino más accesible y rápido a los productos que va buscando. De la misma manera que permite mantener una relación con el usuario, con la información que ellos dan.
Búsquedas simplificadas: las búsquedas se hacen de distintas maneras, por lo que el consumidor da con los productos o servicios de una forma más rápida y eficiente.
Disponibilidad de los productos: existe la posibilidad de que el catálogo esté relacionado con una base de datos que lleve un inventario del producto, con lo que el cliente sabrá del stock del mismo.
Una rápida actualización: al ser online, se pueden hacer cambios de una forma rápida y eficiente. Así, siempre estará actualizado. Esto permite cambiar precios, ofrecer descuentos, poner o quitar productos…
Mayor impacto: se pueden incorporar imágenes, fotos, vídeos, animaciones… Todo ello para llamar más la atención de los visitantes.
Posicionamiento: un catálogo que esté en Internet, produce una mayor presencia de marca y de los productos en el mercado.
Acceso permanente: los catálogos virtuales están disponibles las 24 horas del día y son accesibles por usuarios internacionales.
Se favorece la investigación de mercado: los catálogos virtuales facilitan saber los hábitos de consumo de los clientes y reconocer aquellos productos o servicios que se venden en mayor o menor cantidad. Asimismo, se obtienen datos estadísticos que simplifican el análisis de mercado y la planificación de estrategias para la toma de decisiones.
Personalización: de acuerdo a la información que ofrece el usuario para acceder al catálogo o para poder registrarse, se pueden particularizar las ofertas, en base a los intereses mutuos y a las negociaciones que se creen.
Comercio electrónico: un catálogo digital permite recibir pedidos online, habilita un sistema de pago tradicional (depósito, efectivo…) o por Internet (tarjetas de crédito o transferencias bancarias electrónicas).