Coloquialmente, el término usabilidad evoca a ‘facilidad de uso’, no obstante, la Organización Internacional para la Estandarización (ISO) pone a disposición otras dos definiciones:
- “La usabilidad se refiere a la capacidad de un software de ser comprendido, aprendido, usado y ser atractivo para el usuario, en condiciones específicas de uso (…)”.
- “Usabilidad es la efectividad, eficiencia y satisfacción con la que un producto permite alcanzar objetivos específicos a usuarios específicos en un contexto de uso específico”.
Cómo atraer al internauta
Jakob Nielsen, una de las personas que más estudió la usabilidad web y los interfaces de usuario, definió la usabilidad como “el atributo de calidad que mide lo fáciles que son las interfaces web de usar”. Desde los años 90, momento en el que Internet experimentaba un gran desarrollo y un enorme proceso de expansión, Nielsen emitió una sería de teorías a través de sus artículos ‘¡Sea breve!’ y ‘Cómo se leen los usuarios en la web’.
Nielsen, en sus estudios, se pone en la piel del usuario, sacando como conclusión que los internautas no leen al detalle “ni siquiera una mínima parte los textos de una web. El usuario se conforma con ‘ojear’ una web, es decir, realiza un barrido visual en busca del elemento que atraiga su atención”. Por este motivo, este autor recomienda aspectos como:
- Resaltar las palabras claves con negritas y diferentes tamaños o colores, como por ejemplo, los hipervínculos.
- Utilización de índices con ilustraciones o enumerados.
- Títulos, subtítulos y ladillos breves y reseñados.
- Los conceptos claves deben aparecer en primer lugar, destacables, y, después, el razonamiento de éstos. Así, reforzamos la posibilidad de que el usuario recuerde más fácilmente el contenido.
- No emplear una publicidad extremada, ya que, el usuario, por motivos de cansancio, llega a ignorar los mensajes publicitarios exagerados.
Este autor habla de ‘economía en la lectura’ donde se debe ganar la curiosidad del usuario, relacionando la usabilidad con lo atractivo de la página. Por este motivo, aconseja utilizar menos del 50 por ciento del texto usado normalmente en publicaciones escritas para no aburrir al lector.
Aplicaciones técnicas para la usabilidad
En este caso, nos vamos a referir a un estudio, ‘Usabilidad. El guión multimedia’, realizado por David Moner Cano y Jordi Sabaté Alsina. Estos autores destacan que la usabilidad reporta a un negocio online lo siguiente: “incrementa el negocio que generan los clientes actuales de la entidad (…) y aumenta el número de nuevos cliente”. Las páginas web “deben tener un buen diseño y un alto grado de usabilidad para que tengan un éxito comercial”.
Para Moner y Sabaté, para que una aplicación sea fácil de usar se han de incluir controles de navegación (ej. Retorno al menú principal, sección, etc.); minimizar el número de menús (no simplificar toda la información en un sólo menú, ni aburrir al lector con un infinitos menús y submenús que nunca terminan); y, estructurar correctamente la aplicación de modo jerárquico (en árbol), lineal (como si ojeásemos un libro), el resultado de ambos o en red (estructura más libre para el usuario a la vez que peligrosa, hay que informarle para que no se pierda y pueda encontrar lo que busca). Véase en la imagen.
Por otro lado, proponen equilibrar el diseño con el contenido de la página. Esto es, no recargar la página de imágenes, videos, música, etc., que concentren la atención del usuario, ya que, estaríamos consiguiendo exactamente lo contrario. Además, recargar la página conlleva que tarde la página en cargarse, lo que llevaría a los usuarios a declinar por entrar en nuestra web por cansancio en la espera.
Respecto al diseño aconsejan:
- Utilizar HTML, aprobado por el World Wide Web Consortium (W3C) y hojas de estilo en cascada (CSS).
- Estructurar bien las páginas a través de títulos y subtítulos (etiquetas H1, H2, H3…), con una presentación clara y consistente en toda la web.
- Maximizar el área útil de la pantalla. Hasta un 80 por ciento de contenido y un 20 por ciento destinada a la navegación.
- Identificar siempre la página: logotipo (preferiblemente, zona superior izquierda) acompañado de una pequeña frase. Se debe mantener el logo en todas las páginas con enlace a la página principal, para que el usuario siempre sepa que está en nuestra web y no en otra.
- URL. No debe ser muy larga, debido a que puede no ser recordada o, al contener tantos caracteres, puede ser mal escrita.
- Referente a las imágenes. El formato JPEG es el que está más extendido en la web. Sin embargo, el W3C recomienda el PNG.
En cuanto a la presentación y formato del texto:
- La longitud de la página no debe superar una pantalla y media, si fuera así se dividirá en varias páginas. Además, en cuanto a su anchura, no superará los 800 píxeles y con una resolución de 1024*768.
- La forma del texto tendrá que ser homogénea en toda la web, con enlaces integrados en el texto. No utilizar siempre mayúsculas, cursivas, fuentes distintas, ni subrayado (excepto que sea un enlace).
Más usable
Dentro de la usabilidad, además, se han de tener en cuenta otros factores, como por ejemplo, que sea ‘rápida’. Encuestas recientes aluden a que una web capta la atención del lector los primeros ocho segundos que éste está delante de la página, si en ese periodo de tiempo el usuario no encuentra la información se irá a otra página. Asimismo, las páginas no deberán tardar más de cuatro segundos en cargarse, dichas encuestas concluyen que el usuario no espera más de 10 segundos a que aparezca una página, por lo que, no deberemos cargarlas demasiado.
Por otro lado, una página web debe ser ‘simple’. Los estudios sacan a la luz que los usuarios retienen en la memoria un máximo de ocho páginas, así, nuestra web, debería rondar entre las seis y las ocho páginas.