Según los datos del estudio “Small Business Report” un 84% de las pequeñas empresas están descontentas con su presencia online. Aseguran que no tienen tiempo ni dinero para adaptarse a los continuos cambios tecnológicos y que les gustaría poder tener una web con un diseño mejor, pero ¿qué pasa con las redes sociales?
A pesar de que poco a poco están integrándose en los social media, existe una gran confusión entre las pymes y autónomos sobre cómo situar sus acciones en redes sociales dentro de una estrategia a corto y largo plazo, y esto en ocasiones, los lleva a abandonar este canal de comunicación, descuidando su imagen corporativa y la atención al cliente.
Puede que no tengan una estrategia definida o presupuesto para contratar a un community manager, pero la presencia en las redes sociales, hoy en día, es casi obligatoria. Gracias a plataformas como Facebook, Twitter o Linkedin, una pyme puede competir en igualdad de condiciones con cualquier otra gran empresa, sobre todo porque en las redes sociales la creatividad, la originalidad, la imaginación y la actitud son la parte más importante de una campaña.
Facebook puede ayudarnos a promocionar la empresa, Twitter a dar una atención personalizada a cada cliente, Linkedin a relacionarnos con otras empresas mediante el networking virtual, Foursquare a fidelizar clientes a través de ofertas, y así un sin fin de acciones. Las pymes tienen en internet una ventana al público, y en las redes sociales una plataforma útil para dar a conocer sus productos y permanecer en contacto directo con sus clientes. Pero eso sí, hay que ser cautos, más vale ir paso a paso, lanzando poco a poco cada acción, que lanzarse a todo lo que se podría hacer a la vez.