El pasado 1 de marzo entró en vigor la nueva política de privacidad de Google no exenta de polémica. Entre otros cambios, el buscador entre los buscadores introdujo la posibilidad de reservarse el derecho de combinar los datos de los usuarios cruzándolos en los distintos productos de Google, desde Gmail a Youtube pasando por Picasa, entre otros. Este hecho hizo a muchos reflexionar sobre la exposición de datos en Internet y cuan seguras (o no) eran las redes sociales.
Según un reciente estudio sobre protección de datos e identidad electrónica, el 82% de los españoles tiene asumido el hecho de que compartir datos privados forma parte de lo cotidiano. Sin embargo, las suplantaciones de identidad están a la orden del día.
LinkedIn, red social considerada más de negocios que social, tiene un alto índice de fraudes de identidad en su haber, concretamente un 10%. Redes sociales como Google+ tiene un 7% y Twitter alcanza el 6,3%. En Facebook el porcentaje desciende hasta el 5,7%, un bajo porcentaje que podría deberse a la importancia que le dan a las políticas de privacidad. Entre otras medidas, la red social de Zuckerberg verifica a través de un pequeño test la identidad de sus usuarios cuando éstos se registran desde una IP desconocida. Además, exige en sus normas que las cuentas personales deben representar a una persona física (de nombre y apellido) y bloquea a los usuarios que considera fraudulentos. En cuanto a la privacidad, Facebook ofrece la posibilidad de configurar los perfiles para ajustar al máximo la exposición de la información y evitar mostrar más de lo que se quiere. Con la llegada del nuevo timeline, Facebook ha otorgado el poder de ocultar la biografía y otras funciones, así como la configuración de la visibilidad de algún post o actividad. La herramienta de agrupar amigos a través de listas también acota qué puede ver cada contacto y qué no.
En Twitter es conocida la opción de hacer que tus ‘tweets’ sean privados. Sin embargo, en febrero se dio a conocer la noticia de que los tuiteros están ‘vendidos’, ya que Twitter ha monitorizado cuentas y ha accedido en alguna ocasión a los contactos de los usuarios del iPhone, a pesar de que Apple lo prohíbe.
Dejando a un lado las políticas de privacidad de Google comentadas antes, Google+ permite ajustar la visibilidad del perfil de una manera parecida a la de Facebook. Puedes ver quién te ha añadido, quién ha visto qué y gestionar si un círculo es público o no.
Por último, aumentar la privacidad mientras navegas también es posible gracias a Disconnect. Se trata de una herramienta disponible para Firefox, Chrome y Safari y que bloquea el acceso a rastreadores relacionados con Facebook, Twitter, Google, Digg y Yahoo.