Casi siempre medimos la influencia que un usuario tiene en Internet por el número de seguidores que ostenta en las redes sociales. No obstante, tener mil amigos en Facebook y otros tantos en Twitter no siempre es sinónimo de una buena reputación online. De nada sirve tener un gran volumen de fans si no hay nada que ofrecer. La importancia radica en convertirse en un prescriptor de marca, bien sea personal o la de la empresa a la que representas. Si ya tienes una audiencia dispuesta a escucharte, ¿cómo se consigue la fidelización? El secreto está en transformar a esos seguidores en oportunidades de negocio.
No cabe duda de que Linkedin es la red social por excelencia para hacer networking. En ella se encuentra todo un abanico de posibilidades a la hora de contactar con personas que antes creías imposibles (bien sea por la distancia geográfica o por la falta de datos de contacto) o, cuanto menos, difícil. A un golpe de ratón podemos demostrar qué ofrecemos, cuán buenos somos en lo que hacemos y acercarnos a nuestros clientes potenciales. Sólo hay que saber buscarlos y, una vez encontrados, saber qué hay que ofrecerles. La mejor forma de descubrir quienes son afines a ti son los grupos. Una participación activa mostrando soluciones se tornará en una visión positiva de alguien que se interesa por los demás y está dispuesto a aprender de ellos.
Twitter en sus 140 caracteres también es lugar para las empresas. A través de las listas, puedes organizar tus contactos en función de tus intereses y conectar con otros usuarios similares a ti. La red social también permite tener cerca a la competencia, saber qué hace y cómo lo hace. Vigilar, leer y retuitear es sólo el principio de una buena estrategia de venta que tiene que continuar aportando opiniones de valor, solucionar las quejas eficazmente y ofrecer la cuenta como un buzón de sugerencias.
Aún así, muchos creen que, salvando las tiendas virtuales, en las redes sociales no se vende. Sea verdad o no, sí que son una excelente puerta hacia nuestra web, un tablón en el que colgar promociones y nuevas noticias, una forma de aprender a mejorar y a humanizar nuestra empresa. Si se invierte bien el tiempo a la hora de construir relaciones profesionales a largo plazo, la mayoría se convertirán en beneficiosas para la empresa.