Existen redes sociales para empresarias, financieros, corredores o para cualquier cosa. Su meta es llegar a donde no llegan las redes sociales generalistas, especializándose en el contenido. Este fenómeno es igual que el de los canales de televisión temáticos.
La oportunidad que dan estas redes es muy buena desde el punto de vista empresarial: nos permite segmentar mejor a nuestros clientes. Ya no los segmentamos por edad, estado civil o residencia, sino que comenzamos a hacerlo por hábitos de consumo, de compra o por hábitos sociales, lo cual nos da un enfoque más realista de la situación real de nuestros clientes o usuarios y nos posibilita acertar más con sus necesidades.
Entre todas las redes sociales, habrá que elegir aquella donde estén nuestros clientes. No se descartarán aquellas microredes que están ideadas para cubrir nichos de mercado donde las grandes redes no llegan y que están pensadas para ser el punto de unión de un grupo de personas que tienen un interés común y particular.
Un ejemplo de ellos es Nike. Hace tiempo creó una red social para corredores, lo cual era algo anecdótico al principio. Actualmente tiene miles de corredores de todo el mundo, gente que comparte sus gustos, sus hábitos de carrera, sus rutas… Es decir, nos dicen cómo usan el producto. Con las herramientas de marketing de antes, Nike podía saber si se compraban unas zapatillas, pero no sabía si se utilizaban para correr o para pasear. Sin embargo, gracias a su red social, Nike no sólo conoce si utilizan sus zapatillas o no y qué modelo usan, sino que también sabe los hábitos de consumo, cuánto corren, a qué hora y hasta cuándo hay que cambiarlas. Si además se tiene en cuenta que si utilizan sus zapatillas adaptadas, podrán subir la información de manera automática, se tiene el instrumento idóneo para saber que necesita cada uno de los clientes y, por tanto, la información perfecta para cubrir esa necesidad. Así, el cliente está satisfecho y encantado de utilizar el producto, debido a que se le da un valor añadido. Nike no sólo vende unas zapatillas, sino que vende el sentimiento de pertenencia a una gran familia de corredores. Ahí está la fuerza de las redes sociales, cruzar la barrera del simple intercambio comercial para llegar a ser parte de la vida de las personas.
Nike es una gran empresa, pero cualquiera puede hacerlo. La solución no es el producto, sino la imaginación y la originalidad. Las redes sociales se convierten en la herramienta perfecta para que las pequeñas empresas puedan competir con las grandes.