Encendemos el ordenador y están ahí. Abrimos nuestra cuenta de Twitter y siguen ahí. Navegamos por el tablón de un amigo en Facebook y continúa ahí. Nos estamos refiriendo a aquellas noticias que a diario nos ofrecen solucionar nuestra estrategia online en cinco pasos. Aunque todos los artículos nacen de la buena intención y de simplificar las posibilidades que ofrece Internet, en contadas ocasiones nos encontramos con alguno que sea realmente de utilidad. Lo demás es humo generado por la ola de quienes piensan que tener una cuenta en redes sociales ya es sinónimo de ser un buen community manager.
De nada sirve tener miles de seguidores en Twitter si no hay nada que contar, como tampoco se impulsa un negocio en seis acciones. Es algo que va más allá. Hace falta una labor previa de monitorización, un plan estratégico completo, tiempo dedicado al estudio del mercado… porque si no estamos solos en el mundo real, mucho menos en el virtual y es imposible controlar nuestro entorno con diez lecciones básicas.
Aunque pueda parecerlo, no todo es tan sencillo. Herramientas hay tantas como empresas proliferan en Internet, sólo hay que saber escoger bien y adaptar nuestro modo de proceder a la estrategia que mejor se ajuste con nuestro volumen de negocio. Porque en el socialmedia al igual que en medicina, lo que para unos puede ser la panacea, para otros puede resultar el empujón definitivo hacia el fracaso. Por ello, lo más conveniente es ser prudentes, no dejarse aconsejar a la primera de cambio y sobre todo, reflexionar antes de dar cada paso.