A finales del siglo pasado, las empresas tecnológicas prometían un gran crecimiento y mucho dinero con baja inversión, sobre todo por el incipiente desarrollo de las empresas en Internet, lo que provocó que estas se sobrevaloraran en los mercados creando la conocida “burbuja de las punto com”. De repente, y propiciado posiblemente por el desconocimiento de este nuevo mercado, la burbuja estalló y provocó la caída de muchas empresas. Broadcast.com, Freeinternet.com o GeoCities, empresas que cotizaban al alza en los mercados fueron ejemplos de la caída de las puntocom.
Pero en Internet todo es reinventarse y en 2001, Dale Dougherty de O’Really y Craig Cline de MediaLive Internacional, acuñaron el término “Web 2.0”. Observaron que tras la crisis, la web era más importante que nunca, con nuevas aplicaciones y con sitios web apareciendo constantemente. Es más, se dieron cuenta de que las compañías que habían sobrevivido al desastre parecían tener algunas cosas en común, entre ellas, querer acercar estas tecnologías a los usuarios.
Desde aquel momento hasta hoy, Internet no ha hecho más que crecer. Hoy ya hablamos de la web 4.0 y del avance imparable de Internet, de la dependencia de las redes sociales y de la seguridad de las empresas tecnológicas. El usuario navega y compra en internet con total confianza y seguridad, ya no existe ese temor de introducir datos personales en la red como en aquel entonces, las potentes medidas de seguridad online y las leyes de protección de datos también han contribuido a este aumento de confianza en el medio. Puede que para muchas empresas esa crisis supusiera el fin de su negocio pero para Google, Apple o Microsoft fue la oportunidad de convertirse en los gigantes de la red, siendo a dia de hoy unos de los valores más fiables en los mercados.