Según un reciente estudio, el 90% de los usuarios asiduos a Internet ha declarado que alguna vez ha comprado algo a través de una tienda online. Dado este porcentaje, no es de extrañar que las marcas tengan puesto todo su empeño en abrir horizontes en la red, sobre todo en aquellos foros y comunidades donde todo se debate y puede medirse en tiempo real lo que los usuarios piensan de una marca.
No vale entrar de cualquier forma en las redes sociales. Antes de desembarcar, toda empresa debe conocer a la perfección su producto para poder elegir cuál será el mejor canal de promoción y distribución. No todas las plataformas sociales son iguales, ni tampoco están orientadas para el mismo tipo de público. Hablando de diferencias, otro punto a tener en cuenta son los movimientos de la competencia en la red: qué ofrecen, cuáles son sus promociones… y adelantarnos a ellas con mejores ofertas. Pero no sólo de descuentos vive Internet. Es cierto que uno de los atractivos que llevan a los clientes a comprar en la red en lugar de en una tienda física es el precio reducido, pero no debemos olvidar que en Internet también se busca, se compara y se pregunta por las cualidades del producto o servicio. Hay que tener presente que el tablón de un usuario resume sus experiencias con productos, organizaciones y otras personas. Además, está demostrado que las votaciones de amigos y las opiniones de los fans influyen un 20% en el peso total de la decisión de compra, por lo que la comunidad ha de ser protagonista. En este aspecto también contribuyen positivamente las recomendaciones, muy usuales en el caso de Twitter. Miles de personas utilizan ‘@recomendar’ en sus tweets para sugerir, pero también existen otras herramientas como BrainSins o Shotools que generan de forma automática recomendaciones en todas las redes sociales basándose en los gustos de los consumidores.
Pero adentrarse en la compra-venta por Internet no significa desatender el punto de venta físico. Ambas acciones han de estar compenetradas y ser una complementaria de la otra. Por otra parte y aunque parezca antagónico, la paciencia en Internet es importante. Es cierto que en la red todo se mueve a gran velocidad pero para que una estrategia de marketing online prospere hace falta tiempo. No hay que pecar de imprudencia ni dar palos de ciego para conseguir resultados a corto plazo. Si el plan está bien diseñado, tarde o temprano acabará dando resultados.