Ni todas las plataformas son iguales ni los usuarios que las conforman son los mismos, pero hay algo en lo que toda empresa coincide a la hora de enfrentarse a las redes sociales: Tener una comunicación efectiva con el cliente. Una forma idónea de comenzar sería eligiendo a la audiencia. Los seguidores potenciales que estén dentro de nuestro mismo campo, prescriptores de marca o especialistas en un determinado tema pueden ayudar a la hora de difundir nuestro mensaje. Al mismo tiempo y de forma paralela a la ejecución de dicha estrategia, es conveniente hacer un autoanálisis y ser conscientes de nuestros puntos fuertes así como lo que los receptores esperan de nosotros. La humildad y la diferenciación serán bazas que nos ayuden a la hora de elaborar un buen plan de comunicación.
En cuanto a contenidos, la actualización constante con información útil que pueda servir de ayuda a los usuarios que nos leen puede ser un arma a nuestro favor. Es un error caer en una conversación en la que sólo se hable de las promociones de la empresa porque el receptor lo tomará como spam. Sin embargo, tampoco hay que abusar de la información irrelevante, sobretodo en el caso de Twitter. En lugar de construir tweets que indiquen dónde estás y qué está haciendo tu empresa en cada momento, procura hacer un uso inteligente de los hashtags e intenta llevar los trending topics del momento hacia tu terreno. Por último, los anunciantes y compañías no deben olvidar el alto grado de participación que cada vez más demandan los internautas, por lo que llevar acciones participativas en las que los usuarios puedan construir por sí mismos la campaña o su opinión sea tomada en cuenta propiciará un diálogo que retribuirá en una buena imagen de la marca en el mundo online, al mismo tiempo de convertirse en una fuente inagotable de ideas.
Si como decía McLuhan, ‘el medio es el mensaje’, más vale prestar atención a cómo y dónde decimos si queremos que nuestra estrategia de socialmedia sea realmente eficaz.
