Targeting: publicidad a la carta

Parece claro que el objetivo primordial de la publicidad es causar el mayor impacto posible en el público. Para ello, los anunciantes aprovechan el rastro que dejamos cuando navegamos por Internet para posicionar su publicidad y de eso trata el targeting. Esta herramienta está basada, entre otros aspectos, en el comportamiento de navegación de cada individuo para que conociéndolo, la empresa pueda lanzar el mensaje adecuado a la audiencia adecuada. El targeting analiza las páginas que visita un usuario, sus movimientos en la red, las búsquedas que realiza o su perfil en las redes sociales y con estos datos selecciona qué anuncios debe desplegar una marca en función de la sensibilidad del cliente en cuestión. Con todo ello se pretende segmentar al público y agruparlo en función de gustos y formas de consumir, ya que si sabemos qué ven y qué hacen los usuarios, la campaña será más efectiva.

 

Aunque pueda parecerlo, esta estrategia no es nueva. Las grandes empresas y compañías de tarjetas de crédito llevan utilizando mucho tiempo los datos personales de sus clientes para ofrecerles otras ofertas publicitarias personalizadas. En el mundo online, Facebook segmenta la publicidad en función de los gustos mostrados en el perfil del usuario. Así, recomienda seguir a una página o muestra diferentes sugerencias de amistad en función de intereses comunes.

 

Google opera de forma parecida a facebook. A la hora de ofertar publicidad, el buscador muestra anuncios basados en el contenido de los sitios que se han visitado anteriormente gracias al historial de navegación, las cookies o identificadores anónimos almacenados. Google asocia esta información a categorías relevantes y ordena los anuncios que puedan estar relacionados. En Gmail y Youtube la publicidad también aparece personalizada atendiendo al contenido de los mensajes recibidos o vídeos vistos.

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